domingo, 19 de noviembre de 2017

Delicioso y caliente (parte III)


Te veo entrar, la luz de la calle se mezcla con tu cuerpo, la obscuridad matiza el momento y caminas, la blusita aquella de galletas se cae, te la sacas y la dejas al lado. Te sigues acercando, caminando descalza con pasos largos y sinuosos, percibo entre penumbras mientras mis ojos absorben más luz que solamente tienes ropa interior, lencería de seda, y nada más
Un beso que se apasiona y te encaramas lado a lado de mí, unos muslos suaves,   me rodean como la demás obscuridad, el sillón se deforma con nuestro cuerpo hecho uno, manos brazos que se revuelven y se hacen una sola masa, que se besa, se frota, se toca se mueve en sí misma, entra y provoca reacciones eléctricas, cada que una mano va hacia abajo, o hacia arriba.  Luego caes hincada, y te devuelves al fondo del sillón semirecostada; entre la sombras se observa tu sonrisa, y salen de ti aquellas bragas de seda, mientras se escucha que la hebilla estrella en la duela. Ya vuelvo y no puedes hablar, porque los alientos están boca a boca, exploro tu cuello, bajo, la electricidad se reactiva mientras me ves a los ojos entre la noche, obscura, subida de tono, casi tropical, los latidos, las palpitaciones se apoderan de mí, y mientras cada cuerpo pasa de la sequedad a la caliente humedad, vamos convirtiendo el sillón y el suelo, la cama en un refugio, pues se ha revuelto toda la habitación, tu sin ropa, siento la expansión del universo bajo tu vientre, mientras exploro, la hinchazón bajo mi ombligo, la sensación de estar, comenzar a explotar, todo se prepara, ida y vuelta, cada golpe que se vuelve más fuerte, golpeamos nuestras entrañas, cada vez más fuerte, y sigo volando sobre tu piel con mi boca, cada vez y me reconoces con los labios, cada cuerpo se revuelve para si, se recompone, me sientes dentro, me completas, en esos momentos nos comenzamos a elevar poco a poco, sin sentirlo, flotamos a ras de las sábanas, hablas en un idioma que no comprendo pero también vocifero, hago gritos, digo cosas que salen desde el fondo de la pleura que empuja, empuja, un gemido, ¿Es tuyo?, ¿ es mío?, son nervios, es una explosión, mientras una fuerza gigante nos desborda, escurrir, mi cara se deshace en sudor, tu cuerpo bañado en mí.

Quiero volver a ver lo fruncido de los cuerpos, la obscuridad vencida por tus gritos, los espasmos, la excitación…una de estas tardes, has tiempo y una de estas tardes. 

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