En el último mes, viajé en avión, autobús, ferri, auto,
bicicleta, combi y caminado, toqué en
diferentes ciudades y playas, comí con mis amigos, conocí gente interesante que
escuchó mis composiciones y a nuestra banda, interpreté mis canciones, corrí
bajo el sol y bajo la noche, bebimos a deshoras hubieron foros llenos, foros
con poca gente, hubieron sonrisas y
desaires, músicos que se hermanaron y otros que nos hicieron daño, buena vibra
y envidia; confesé mi amor y me confesaron su amor, liberé toda mi esperanza,
me encomendé al destino y vi una tormenta en Tulum, vagué bajo la luna
llena, me picaron los mosquitos más que en todo el año pasado, dejé a mis
amigos en el aeropuerto y los volví a encontrar en otra ciudad, vi el sol, vi
amanecer, vi atardecer en la punta más alejada del país; recibí
ánimos de extraños y recibí amor... sin embargo lo más importante a informar de este
tiempo lejos de todos ustedes es que: Volví a esa plaza en san Pedro, temeroso,
como entrando al matadero...días antes bajé del automóvil para ver una puerta
cerrada; me transporte once años al pasado, cuando la vida me dejaba desolado y
ante la pérdida de un muy grande amor, pensé que era lo mismo, que era el final
y me sentí morir, tan muerto como aquella vez que volví a mi casa para
desperdiciar la década siguiente en malos vicios y personas tóxicas, buenas
experiencias y errores lamentables. Recuerdo que abandoné esa mañana, en esa plaza, toda la
idea de amar, me volví el más grande carnicero, un vampiro horrible, me perdí, negué mi lado humano y caí de bruces al abismo. Pero esta vez, en esa misma plaza,
aquella noche de marzo, era hora de que la vida me devolviera en una imagen
apenas sonriente de ojos enormes, el amor que se fue y no volvió...por toda una
década, la soledad me cubrió y envejecí, me volví lento y despiadado, frío y
cruel, sin embargo, esa noche el cielo nos dio la oportunidad encontrarnos;
bajó y caminó hacia mí, me ofreció sus manos, su amor sin ninguna injusticia,
de forma indeleble me quedó impreso su nombre en el pecho y el alma. Te llevo
tallada en el corazón junto a mis dos hermanos, junto a mis dos hijos, te llevo
tallada te imprimiste en mí, me devolviste la vida, a mí que estaba a punto de
morir, te amo, siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario