Tantos años y fue justo aquel día en el que el la vio llegando a la playa, ahí estaba, más madura, pero aun así envuelta en el enigma delicioso, horas más tarde con la luz del escenario, sus pies descalzos en la arena, lo hicieron parar y observarla más, "¡Que sensual!", él se preguntaba como abordarla, pero el beso fue mutuo, estar tan lejos de casa y esa madrugada, los unía como no había pasado en años de conocerse. De pronto una mano sigue al cuerpo, o el cuerpo a la mano, a esas horas ya quien sabe que era lo correcto, pues entre la arena, el sonido y la playa, la obscuridad generaba un espacio vacío, solemne para los dos, el bikini blanco, su cabello a medio corte, los tatuajes, el alma en pena buscando donde descansar. " ¿Me acompañas?", dijo, lo tomó de la mano y avanzaron a la obscuridad, y entre el solitario valle que se hace tras la zona del guardabahía, ahí cayó ella, ahí cayó él, súbitamente dos cuerpos serpenteaban sobre la arena, un poco de humedad aromática la cubre, lo cubre, se cubren ambos, al parecer, las mezclas de los humores de las personas producen olores característicos cuando se hace el amor y no la guerra, sobre la cama, en un pasillo, sobre la playa, sobre la arena. Faltaron mucha cosas, quizás ella no quiso regresar a casa sin ese momento con él, quizás solo fue eso: el momento, el calor inmenso, la brisa del mar, la cama de arena, les falta completar muchos mas rugidos, sin embargo el capítulo se quedó en pausa esperando por una llamada.
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