miércoles, 9 de octubre de 2013

Tras la puerta.

Tu risa que no me acaba de decir "cuándo y dónde ", que no me prohíbe pero no me permite, tus muslos doblados en curva, las cuencas de los ojos abiertísimas, en estroboscópicas dentelladas de "y ¿porqué  diablos no? Si es tan rico"; me dejan con la piel pegada a la superficie del vinilo, ceñido por esos botones que se encajan y hacen rombos abultados de rojo deseo, tu silencio que otorga, sin tapujos,  boca abajo, en cuclillas, de espaldas, boca arriba, de lado, por atrás, por en medio, por delante, panza arriba y panza abajo... Terminaría la sesión y ... Como me gustaría tenerte en un diván

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