miércoles, 18 de marzo de 2015

Holly Guacamoli

Había acabado de tocar, y ahí estaba una amiga que había ido a oírnos, no tenía mucho que ella y yo habíamos tenido algo... de sexo, fue algo lindo, pero su actitud era del tipo de chica que no quería atarse a nada ni a nadie, y con el tiempo he aprendido a que se debe respetar eso siempre, de forma que yo en realidad creí que era solo pasarla bien. La situación fue un poco incómoda, porque estaba mi entonces nueva pareja en el mismo lugar, ¡ah dios!, espero el día en que no me meta en esos embrollos, ahí estaban las dos, entonces creo que me di cuenta de la situación real, mi amiga comenzó a beber como desesperada, al parecer ella creyó que yo estaba insinuando algo más o no se realmente que esperaba para esa noche, finalmente mi entonces pareja se sintió obligada a solidarizarse con mi amiga que estába "very borracha", y la llevó al baño, la ayudó, y al final fui con ellas y un amigo a cenar, y ahí la escena, mi pareja con los arrumacos y ese tipo de cosas de cuando uno es joven y se cree que lo quieren, y mi amiga verde del coraje, todo fue empezando a ponerse de un tono más espeso, tanto que se podía cortar el aire con el tenedor, mi amiga comenzó a pedir de comer, y yo pensaba en cosas que no me pudiera arrojar, por lo bélico de su actitud, con un tenedor señalándome y haciendo comentarios al aire, que entendí, "tráigame un café" dijo ella y yo "¡no!, mejor agua fría", los demás en la mesa se quedaron viéndome raro, y mi amiga con la pala del guacamole siguió  haciendo vociferaciones, muy enojada, "eres un cabrón, pero eso justamente te va a dejar sólo", "y cuando de verdad quieras te va doler", y yo solo pensaba en la salsa, los platos o lo que me pudiera aventar, mi amigo y yo cabeceábamos, mi pareja veía la situación entendiendo que algo sucedía, luego hice lo que no se debe hacer, invoqué al diablo "cálmate" le dije, entonces empezó con esa furia con la que ruge un volcán, a perseguirnos a mi y a mi amigo , que poníamos la mesa de por medio le dimos, vueltas, tiró los vasos, las servilletas, el agua, gracias a dios no había nadie en el Restaurant, porque hicimos un embrollo entre mesas el mesero que buscaba calmarla, sus gritos de celos e insultos... Y ahí el molcajete con guacamole, hizo su aparición, se le cruzó y lo aventó al aire... Regresamos a casa con guacamole en la ropa, sin cenar, y habiendo pagado todos los desperfectos, mi amiga durmiendo en el último asiento de la camioneta, y yo con una explicación no pedida, al final creo que ser honestos y decir te quiero, produce más dolor que quedarse callado, sin embargo a algunos les funcionará, a mi solo me trajo una noche que contar.

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