Capítulo II
De cómo conocí a Lavale
Rizos, rizos enormes esponjosos que olían desde lejos, a su llegada a la oficina Lavale (le decían así por su apellido) se sentó junto a mi, la reunión se prolongó bastante y yo solo veía el sol cayendo sobre la camisa de mezclilla y su valeriana rosa.
Para no abundar sobre lo poético del momento, me dieron una encomiend: “ Verificar, corregir y supervisar los desempeños de los nuevos elementos” Lávale estaba entre ellos y era lindo encontrar una sonrisa amena entre tanta languidez.Adi más o menos obtuve el teléfono, y la verdad es que más que alg laboral no encontraba otra cosa que decir. Voy a describir poco su apariencia pues aunque no soy muy discreto, la verdad es que en estos tiempos no se sabe mucho de cómo referirse a otros sin que se ofendan, la suyo percepción hace estragos en nuestros roles sociales. Bueno al grano yo estaba en una relación de esas que te lastiman pero sigues ahí por pendejo, de esa aventura les voy a hablar en algún otro momento, al final estás solo en casa un viernes, eran casi las 7:00 y mi “pareja” estaba en según esto en su trabajo, pero la verdad yo ya sabía en donde y con quien, así que husmeando el teléfono vi el contacto:” Lavale” y su foto con los rizos al aire y los lentes, le mandé mensaje:”¿Qué haces?”
“Nada y tú?” Y así comenzó una plática de unos 15 minutos e los que ella advirtió mi intensión de verla o salir o lo que fuera. “Por que no me dijiste y hacíais algo más temprano? Vamos al cine?”
No se andaba con muchos rodeos, así que fuimos a ver una película aburridísima, unos dedos de queso y mi platica tonta fueron el preámbulo para :” yo no quiero un novio romántico eh, si tu intención es conquistarme no va por ahí”
Uchala dije, y cuando iba a replicar inteligentemente, un discurso algo errático me puso al tanto de que ella no se enamoraba perooo, si mi intensión era coger pues le entraba per sin enamorarse porque la se enfocaba e su carrera nada más.
Así comenzaron dos horas de saliva, cachetadones, arañazos, escupidas, empellones y golpes en seco contra la pared, la puerta, la cabecera, tiramos el lavabo y perdí parte de un labio. Cuando por fin se fue me quede desnudo con una sabanita y una marca en el pecho que se estaba hinchando, fui reflexionando en cómo es que me había violado esa veracruzana, y de cómo le haría para pararme a abrir la puerta pues mi “novia” venía entrando con su olor a recién bañada y su argumento del teléfono apagado, la razón de su reciente desaparición y la pregunta :”¿Con quien mujer estabas? Ve como te dejo!!”
No le hice pelea le dije que todo estaba bien que me había caído y la saqué de ahí.
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