Venía llegando a mi casa,, después de un día trágico, resulta que iba en el coche y me paré en una esquina a esperar el alto, la cosa es que el co cv e se me apagó pero en la reculeada del apagón le pegué a otro coche ahí se bajó el sr y me dijo que le tenía que pagar, yo le dije si no hay problema, pero el se quería $20,000 por la defensa de su platina, obvio alegamos muchísimo, y llegó el tránsito, el cual al vernos tan absortos en la discusión dijo :” a ver ya, pónganse de acuerdo y aquí firmen un papel donde ud lo libera de todo y ud se compromete a llevarlo a un taller y a pagar la reparación”
Hasta ahí todo bien, el problema es que habiéndose ido el igual de tránsito, el de otra vez pidió los $20,000 la cosa es que metieron su coche al taller y al final pude irme a casa.
Al llegar me quise destapar una chelita pero, pero, pero, tocaron desesperadamente a la puerta, era la vecina, que me pidió que ayudara a su compañera de cuarto.
Ahí voy yo a ver a la nalgona de la vecina, (es nalgona) y bueno entre quejidos de malestar, me advirtieron que era algo bizarra la situación, pero bueno ¿Qué no es bizarro en estos tiempos ?. La chica estaba acostada boca arriba en su cama con esa blusa azul típica de la gente que trabaja en medicina, pero sin pantalones, yo estaba viéndole las nalgotas a la vecinita cuando me percaté de una protuberancia rojiblanca en la parte más carnosa de la nalga derecha, “ un clavillo!!!” Exclamé, y bueno que se le va a hacer ? “ pregunté desconcertado, las chicas me informaron que le dolía muchísimo y que ella pensaba que iban a tener que cortar y lavar y coser, y pues recentándolo así a lo mexicano era más rápido. Y bueno me acomodo sobre aquel tremendo ejemplar, bien tonificada, con piel tostada y tomo con ambas manos el glúteo por abajo y por entre la mitad, con respeto porque no era mi finalidad andarla manoseando, aunque obviamente, ese calorcito húmedo se deja sentir por la cercanía, y aprieto con todas mis fuerzas entre el grito de dolor y mis ganas de sacar toda la pus. Pum!!! Ahí va el proyectil que pude esquivar completamente, y obvio el agasajo de la nalgota, pero con finalidad médica.
Me agradecieron bastante, ya la parte del lavado y esos menesteres pues lo fuimos haciendo entre su amiga y yo. Le dieron una puntadita para cerrar y tan tan. Ahora no se como abordar a la vecina cada que la veo porque por más que se me antojara, no creo que esté muy dispuesta sin que la imagen del barro y la velada nos consuma.
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