Cuando el hombre era joven, o más nuevo que cualquier animal en la tierra, los otros animales tenían sus propios dominios, y es el hombre quien vino a invadirlos, es así que al oso se le confinó a subir a los montes, a los peces a huir al mar, a los caballos a correr a los valles y las aves volaron, por que el hombre destruye lo que toca, le prende fuego, lo mata y se lo come, lo derriba, lo pierde, lo entierra, lo transforma; y en esa voraz pasión por deshacerse de todos y de todo, los hombres también tomaron esclavos de entre los animales, lo mismo para divertirse que para criar o para hacer alimento y ropa. Entre ellos el hombre domesticó al perro, que antes eran llamados lobos, desgraciadamente estos lobos perdieron la fuerza, les hizo daño el que los dueños les dieran de comer, quedaron con los dientes mal afilados, las garras cortas, la flacidez en los músculos y el cabello suelto y descolorido. Era humillante, al menos los demás animales pudieron correr y ponerse a salvo. El perro seguía al amo y recibía un golpe si el instinto lo hacía morder o ladrar, y no digamos aullar de noche, porque una serie de golpes y gritos callaban el grito de ese pobre perro que amarrado al árbol de limones, daba vueltas tratando de esquivar los proyectiles del dueño soñoliento.
Todos los perros se reunieron en la plaza y gritaban consignas "Ya basta" decían, mientras unos cuchicheban, y se lanzaban acusaciones unos a otros. Todo era un caso, nadie podía hablar, nadie podía decir nada, todo eran voces y palabras descontinuadas en una discusión que variaba los tonos y los argumentos, pero que era in entendible.
Una voz se alzó, el mas viejo de todos, y con su sola presencia infundió temor a los demás que chillaron y escondieron los genitales cubriéndolos con la cola. "En el principio, los dioses nos crearon este mundo, y pusieron al hombre enmedio, para convivir con todos nosotros" - dijo el perro con aires de patriarca- "el hombre es un animal disfuncional, no tiene lugar en este paraíso, y si nuestra queja llega hasta el cielo, los dioses nos ayudarán y quitaran al hombre de este planeta"- Las voces y las vivas fueron grandes. Así pues, Hosh, que era el nombre del perro mas viejo, escribió un recado a los dioses, argumentando y acusando sobre las actitudes del hombre en este paraíso.
La primera en ofrecerse fue Aine una perra muy inquieta color amarillo, imprudente desde nacimiento, y eso era lo mejor de ella, o por lo menos eso quería creer. Aine puso el recado en el hocico y corrió hacía las montañas, al llegar a un claro del bosque, Aine vio un estanque y dejó el recado en una piedra y se dispuso a tomar agua, con tanta sed que le dió el caminar tanto. Cuando volvió a la piedra el recado había desaparecido. Busco con su olfato, pero esta no era una cualidad de Aine, y su olfato la llevó sobre la pista del manuscrito, más allá del horizonte por lo tanto, a Aine nunca más la volvieron a ver, se perdió, loca y feliz.
Los perros impacientes hicieron un nuevo recado ya que Aine se había perdido y llevaban mucho tiempo esperando respuesta, ahora Enoir se ofreció, el se tragó el nuevo recado y corrió, al llegar al cielo, quiso entregar el recado pero no lo pudo rejurgitar, así que comió hierbas y aunque volcó el estomago, nunca pudo encontrar el recado.
Hosh ordenó a Bazz que fuera hasta el cielo a dejar el mensaje, pero Bazz era demasiado sensible par auna tarea así, y se negó, así que Hosh, hizo detener a Bazz escribió el recado en una hoja de maguey la cual hizo rollo y se la metió por la cola a Bazz, que solo chilló de dolor. Bazz con el dolor de su alma y su cuerpo comenzó a correr a las montañas, esto provocó la risa de todos, corrió y corrió adolorido, pasó por los estanques y subió hasta la cima y de un salto llegó al cielo, pero en lugar de dejar el recado con los dioses siguió corriendo y se perdió después del horizonte.
Muchos siglos han pasado, pero aún hoy en día los perros se humean en la cola cuando se encuentran, revisando a ver si el perro que se encontraron no es Bazz que aún trae el recado ahí atorado.
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