martes, 30 de julio de 2013

La mar en calma

Y abrí los ojos después de las 9:00, y del otro lado de las sábanas la voz dulcísima "come  e vai" , ah entonces si fue real, pensé en voz adentro, nuevamente la resaca me acaloró, lloraron las sábanas, y acaricie el torso aquel por lo largo, "como me gustas" le dije y me sonrió con los labios pálidos, resecos, toda esa piel apenas bronceada y los ojos miel, de verdad me estaba pasando esta mañana de domingo, de verdad soy yo contigo, mientras te cerraba los ojos, y mi boca se juntaba tiernamente, para sentir lo seco de su tacto, luego se entré abre para sonreír con un besito, es tan tarde que no puedo irme y en este nuevo departamento no hay nada más que la cama y las sábanas,es cruel mudarse sólo, y esta noche nos acompañamos, que lindó que fueras tu...
"no es mi novio, es algo más complejo" me explica mascando un poco el español con acento portugués, yo tengo algo así de complejo, le digo mientras caminamos bajo el sol, ya no me quedan ganas de otra cerveza y me toma de la mano, sus muslos torneados y sus lindos pies hacen escala en mi bar favorito, para presumirla, para que me vean, no se al final sigo siendo despreciable...
"No puedo quedarme para la presentación", de mi disco se refiere, que mal porque cuando alguien así te espera en la zona VIP... La veo desde mi lado del mundo, el cabello lacio, y todas las imágenes me regresan en cascada, su movimiento con intensiones eróticas pero más bien torpes; me enternece la situación, de parecer una preciosura tan inalcanzable, tan soñada, he pasado a poder ver como sus bragas se le enrollaban en los tobillos... ella en el suelo, ella sin ropa, ella toda limpia, tan desnuda, su ombligo profundo... y nos oscurece otra vez en este sábado de resaca sobre la cobija roja en medio de la sala mientras nos hacemos uno, la televisión montada sobre cajas hace de reflector sobre mi cuerpo recostado en su regazo, estuve a punto de no levantarme, pero las horas vuelan, y al final caminamos entre el frío a la cama...
No tardé mucho en la estación, solo la amé 5 dias, sólo la vi salir corriendo del taxi, con la mochila en la espalda y las chanclitas azul cielo... De lejos su sonrisa, su cabello al viento, las expresiones de portugués que no entiendo pero que se me hicieron comunes a eso de las 4 am. cada noche, cada silencio, cada beso, cada pecho, todo eso se va quedando atrás mientras caminó de espaldas otra vez, mientras miro en dirección opuesta, mientras su imagen se va de mi...

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