De todo el tiempo que toma producir una manifestación artística, arte vamos, las personas que lo contemplan solamente ven la última parte, es, digamos un iceberg; mientras que el momento en el que el arte es objeto de la contemplación estética en su parte de exposición es solamente un tiempo corto en el que las personas lo observan en un museo o lo leen en una edición limitada, o lo escuchan en un concierto, el artista que lo produjo tiene tiempo trabajando en la transformación de su realidad y la expresión mediante su producción artística; a este tiempo que le lleva al artista empapares de la realidad, caminar por las calles conocer gente, envolverse en relaciones humanas, se le llama vida, yla produccion artistica depende de esa experiencia que le puede tomar unos años unos meses, o mucho mas tiempo, es decir el artista deberá sudar este mundo para poder producir arte. En mi experiencia puedo decir a mi favor que el aplauso de las personas que van a un concierto a escuchar mis canciones, sólo son un momento, entre las frivolidades que tiene la vida del artista, el aplauso solo es la manifestación sonora del acuerdo con lo contemplado, de que en algún momento la música, o la lectura, en mi caso, tocaron alguna fibra de la sensibilidad del público mismo que corresponde haciendo chocar las palmas y dando vivas, esa conexión entre el creador y el contemplador es el motivo de mi ensayo.
Resulta pues que el creador intenta dar un mensaje, y es justamente esa necesidad comunicativa humana la que nos consume desde el principio de los tiempos; el creador necesita dar un mensaje que lo carcome, el contemplador después de ver reflejada su vida en la obra de arte, experimenta la obra de arte como objeto de contemplación, este diálogo en "half duplex" permite que el arte como fenómeno social impacto en el pensamiento de las personas, conmueva, convoque, y en algunos casos arrastre, de manera que quien se precie de ser artista, ha asumido veladamente una carga, una responsabilidad sobre sí, la de poder comunicar, independientemente de los espacios, que es un tema aparte que los artistas tenemos que sortear de por si. Me ha llamado la atención que como ser creador, incluso como estudiante de una escuela de bellas artes, o de una academia artística no se asuma esa carga moral que se adquiere, es una responsabilidad propia del ser artístico, que va más allá del dinero o la posesión material, así pues que la primera responsabilidad de quien toma un instrumento e interpreta, o de quien escribe o quien hace arte plástico, proponer, y en l a medida de las posibilidades ser el eterno inconforme que pretende cambiar la realidad social, mover al mundo digamos. Mi tristeza más grande, la de mi desgracia, es que con un profundo dolor veo personas que se han dedicado a buscar el dinero y no la trascendencia, y en toda esta experiencia que tuve que llorar para pasar de lo objetivo a lo subjetivo en mi música o mis letras, no he encontrado más que el amargo sabor de la puerta cerrada, de la incomprensión de la búsqueda voraz del bien monetario y nunca el placer estético que la creación posee en sí misma, y oigo de mis amigos músicos el ánimo en la frase tan hecha:" la vida premiara o castigará todas tus obras", Dios o la vida, quien sea, simple y sencillamente asumo que este amargó dolor de la creación que quiere salir y que yo debo obedecer cual maldito poseído, tiene una responsabilidad, tiene un grito histérico del mensaje que quiere o debe ser comunicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario