Te veo caminar por delante de mi, ceñida por tu falda entallada y los tacones negros, me hago consciente de me gustan tus tobillos tanto que te dejo caminar un poco más mientras das la vuelta a un Cajete del cual, emergen unas ramas que logran que te contonees; mientras, tengo el placer de ver la redondez de tu cuerpo. Es justo el momento en el que te estás despidiendo en el que siento un nervio que me estremece, escalofríos parece, tengo miedo de besarte porque... No sé pero te deseo, y volteo la cara mientras me recibes en los labios, -"que atrevido" me dices y te respondo con más, mientras me acerco, accedes, entre la obscuridad de la noche y las luces de todos los autos que pasan, "no tengo que volver ", te sugiero... Entre la penumbra brillan tus ojos, aceitunados, son lo más claros posibles, se enciende el auto y voy jugando a recorrer tus muslos, no se mira nada, sólo jugueteo mientras aceleras más.
El hombre de la recepción me pide el pago, tu te cambiaste de asiento para disimular; abro la puerta y te doy la mano, esa incredulidad, ese momento en el que va a pasar, necesito disfrutarlo cada instante, pero me desespero, sólo quiero verte desnuda, sin embargo eso aún no pasa, entramos un poco callados, mientras revisas la habitación, y yo vuelvo a ser un adolescente disimulando, entro al baño, no se cómo regresar pero mi animal interno se apodera de mi, abro la regadera, y me quito la ropa, la amontono junto al toilette, entro, toda el agua caliente me recorre, en la habitación tu estas sentada en la cama, y entre los ruidos del agua cayendo escucho la TV. Salgo entre el vapor apenas y seco, un poco húmedo, la sensación de que tu mirada me roce la piel me enciende de nuevo, me endurezco, me despierto, camino hacia la cama mientras tu mirada esta perdida, volteas, yo esto parado junto a ti, toda mi excitación revienta mientras tus labios se afilan mostrándome tus dientes, y me recorres mientras me acerco, el siseo de mis manos te recorre, te beso, me detengo en tus pechos, todo para seguir recorriendo, voy bajo tu falda mientras frotas mi miembro con ambas manos, me complace, tu sonríes; voy deshaciéndote de la ropa, primero la interior, luego la misma falda que me hizo imaginarte. No se en que momento perdiste lo demás, pero estás de pie frente a mi, en tu forma natural, en la exposición total, es ese momento, ahí quería llegar, ese instante en el que te observo después de tanto desear y no cruzar la línea, no se porque no querías, no se porque no quieres, pero ahí estas, eternamente frente a mi, con ese segundo te contemplo por siglos, aunque solamente me toma un minuto encajar los dientes en tu cuello y buscar con mi lengua franca sobre ti, me detengo a colgarte de mi, me rodeas con las piernas, yo recargo, tu me enciendes con tu beso, toda la carne ruge temblorosa mientras nos hacemos uno, damos vueltas en el aire y caemos con miles de manos, brazos, piernas, ojos entre cerrados para disfrutarte; no se por cuanto tiempo, fuiste tu sobre mi, yo sobre ti, delante detrás, recorriéndote con la boca con los labios, la lengua, eras tu sobre mi, reclinada en mi abdomen lamiéndome, no pensaba, sólo encontraba otra mano, otro pie, un labio, tu sexo... Así de pronto vuelvo a mi mente, nos miro en el espejo, estoy sobre ti, ya no tienes tacones, ni labial, ni arreglado el cabello, sólo tienes un jadeo que va a tiempo con los suspiros que yo llevo, me hago consciente, soy yo, es tu cuerpo, estamos desnudos, completamente desnudos, bailando a tiempo.
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