Ya habíamos bebido de más y uno de nosotros no quería abandonar la casa de la susodicha, en otros tiempos yo disfrutaba atender las lujurias de la chica, que esa noche me pedía que me quedara, sin embargo esa ocasión en particular quería regresar a casa; el tipo aquel que no pagó sus tragos y que bebió de la bolsa de todos acabó pintarrajeado por dormirse, insistía en quedarse a disfrutar el dormitorio y a la tipa, no lo dejamos; en cambio, lo mandamos decorado de la facia, casi amaneciendo... y le tomamos muchas fotos.
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