Llegamos a un centro comercial eran las casi 10 de la noche y estábamos sedientos; bajamos del auto todos se dirigieron al autoservicio y yo me quedé un poco atrás, de pronto vi que un nocivo y conocido personaje se encontraba en un auto contiguo, me aproximé a saludarlo pues lo ví muy sonriente, tuvo un rictus y bajó los brazos del asiento, pues se encontraba sentado atrás su movimiento me hizo pensar que se cerraba el cierre, una cabellera rosa subió de entre la obscuridad y se iluminó con la luz que venía del aparador, así es al parecer aquel amigo recibía un incentivo...
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