Y entonces, no sucedió, desgraciadamente, y con toda honestidad lo digo, creí que esta era la vez, no sé al menos esperaba que eso fuera, pero ¿que hace uno con las sonrisas?, las miradas, el hambre de amor, toda la ilusión la esperanza, las ganas; ¿a dónde lo llevo?, ¿a quien se lo doy?; si nada más estaba esperando verte. Este día, me siento, solo en la banqueta, no quiero subir a casa, no quiero ir a ninguna parte, no puedo no quiero, prefiero, dejar todo lo que empecé a creer y a soñar, en este texto; aquí en un cuadro mal trecho de desilusión y de violenta parsimonia, aquí todo enmarañado, en el olvido, ¿Cómo hago?; admito tener la culpa, fué mi culpa por no tener reglas, por no poner las cosas en claro, por desear que pasara, fué mi culpa por estar ahí. Al menos mañana va a amanecer, las cosas no estarán diferentes, pero estaré un día lejos de hoy, de esta sensación de haber sido utilizado, de que mi alma desgastada otra vez se enderece de manera cómica, y se endurezca más, ¡que estúpidez!, el ultimo resquicio de humanidad desapareció, por unos ojos que ni siquiera me miraron y nunca fueron míos .¡ Valiente aprendiz!, ¡maldito poeta!, te has cuidado del mundo y hoy, te estrellaste al volar, espero que está lección te sirva, poeta idiota, espero que este golpe directo a la mandibula, y todos los litros de sangre que te vas a tener que tragar, te ayuden a entender, que eres un olvidado, y los olvidados tienen que aprender a amar las soledades, a vivir la soledad; los olvidados tienen que aprender a lamerse las heridas y a estar en la obscuridad.
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