Entre las reflexiones de mis ensayos de la vida, me llegó esta que es una visión opuesta a la manera en la que mi espíritu se apoltrona y cree en su hipótesis del universo. Pero a la vez tiene que ver con eso mismo que ando buscando, pero que no encuentro, algo que se fúe y sigo creyendo que llegará.
Ah la vida, cuanto más terrible me sucede, más esperanzas tengo de que en algún momento, como preparado por el destino, se una a mi camino, algo maravilloso, aunque no sea el amor, que en estos momentos, convencido estoy de que no existe; y es en este largo mundo de ideas encontradas dentro mi convaleciente alma, que opino contra mi, y pregunto, ¿por qué siempre hablamos de lo que nos duele?. Se que la depresión crónica, es parte fundamental del motor de creación del artista, por lo menos , eso advertí en algún otro ensayo anterior. Crear me hace existir, y la trascendencia de la creación me aliena como persona, lo cual me hace caer en depresión y este circulo viciado de crear y no crear, ser o no ser, desgasta el alma... entonces ¿Por qué no hablo de otros temas?; hago referencia a algunos de mis últimos ensayos, donde el cuenta cuentos, ha perdido su sonrisa y habla de su desgracia, pero, ¿Por qué?...Y entonces me veo desde afuera, sentado entre mi humadera, entre la pantalla y la obscuridad de la habitación, esperando, esperando a que llegue la mañana, a que alguna figura conocida entre a la habitación y nunca más deje de compartir sus días y sus respiros, pero ¿Por qué cuento esto?. Bien, las palabras son la evidencia de la existencia del hombre; es decir, existo para trascender, por eso estos últimos temas de las heridas que cerraron, o está en ese proceso, creo que mis intimas desgracias deben ser conocidas, simplemente porque alguien se habrá sentido igual, esto es mandar un mensaje en una botella, para que otros sigan el mapa y no pierdan al amor en su vida.
No se si esto de solo sufrir, lleve a reflexionar a otros en donde no errar, pero para todas las tardes que pasé esperando a que llegara, todo el tiempo que perdí escribiéndole textos, todo lo que dije y todo lo que negué, no se ha ido a la basura, sigue ahí. Y debo confesar que no siempre sufro, algo tengo de sonrisas, y aunque escucho canciones y vivo en una penitencia eterna por perder al amor de la vida, por haber renunciado a esa persona para dejarla que sea feliz, espero que llegue otra vez, la persona con la que pueda compartir mis irreverencias, la que mire la hora y pierda el tiempo hablando de lo maravillosa que es la nada, de lo que basta y sobra para decir "no pares", la que oiga un "no te vayas " y se quede... entonces mi reflexión es correcta, no siempre se sufre, también algunas veces se espera... aunque no se es feliz, se espera.
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