domingo, 30 de septiembre de 2012

Finalmente...

Tengo tendencias megalómanas, es decir tiendo a la grandeza, vale más que explique esto, por lo que voy a relatar, digamos que tengo una obsesión compulsiva por tener el control, por estar arriba... en todos lados y en todos sentidos.
Hace unos años conocí a una mujer que de primera vista me pareció sexualmente muy atractiva, unos años mayor que yo, se desenvolvía como maestra de maestros; recuerdo que la vi por primera vez, vestida de forma simple pero linda, una blusa a rayas azules tacones cerrados y un lindo labial casi transparente, brillo. Tengo que decir que su color de piel no era de mis favoritos... hasta ese entonces, pero tenía algo, en esas épocas yo estaba en otras relaciones y unas cosas llevaron al destino a ponernos en una conversación que me hizo intentarlo todo, no por diversión sino por que realmente me interesaba tener algo con ella, bueno esto es como un boomerang, porque al cabo de un par de años, la tuve ahí con su timidez de mujer mayor, pero con toda la potencia hermosa de una fiera desnuda.
En mis tendencias megalómanas, ella se apareció de pronto y me enseñó que hay mujeres que por más que son tuyas, siempre son libres, digo en algún momento te crees mejor que todos, te haces de una reputación maravillosa, aunque personas como ella te enseñan por el camino, y me vi corriendo impaciente a una cita que no existe, al lugar donde nadie te espera, a pensar en quien no sabe que existes, y es así la vida da tantas vueltas pero solo es la formalidad del mismo castigo, el karma que se devuelve: te tuve, te amé, te perdí, tuve a alguien más , la perdí, la tuve, me acordé de ti, regresé con la anterior, empecé con una nueva, regresé contigo, me dejaste, te olvidé, me volví a equivocar... en fin sigo en el camino, porque finalmente... algo va a pasar.

Thelma

Es impresionante lo que una persona puede lastimar a otra,  y no me refiero a mi persona precisamente.  En general de mi ex esposa puedo hablar 10 o 15 textos de defectos,  recovecos y malicia. perversidad y una serie de cosas que con toda seguridad traerían historias tragicómicas en las que no quedaría muy bien parada, pero en vez de eso,  y no obstante la última llamada que me hizo  hace un par de horas,  quiero ser un poco galante y hablar de otros momentos, hablar de un pasado mejor donde... donde yo no la conocía tanto como  ahora, y vuelvo a pensar en una frase que detonó todo esto, ha de saber el lector que nosotros que estamos cercanos al arte sufrimos una depresión crónica, en patrones bien definidos que tienen que ver con la creación y la trascendencia, ese factor nos hace vulnerables, es decir que puedo ser sensible a lo que no mucha gente puede considerar que afecte su existencia y así mismo, soy insensible a lo que otros considerarían  muy importante; las prioridades están cambiadas, por que la creación es la razón que mueve al artista, es por eso que la pregunta: "¿Que pretendes de la vida?", de mi ex me inconformó, es más me alteró, me puso en un estado de reflexión y de coraje tremendo, hace años que quiero preguntarle lo mismo, ¿Qué pretende de la vida?, yo además podría preguntarle, ¿Por qué? con toda autoridad moral gritarle, y entre esas reflexiones pude o quise, no sé, digamos que la recordé un día, me recordé así de ingenuo como era yo, me recordé viendola por cristal de ese salón de duela, eran las 8 de la mañana y yo no estuve temprano a matemáticas, esa fue la primera vez que la vi en "demi plie" viendo al espejo... Eso no rompe corazones, y en ese momento yo sabía, como en preminición aumentada  que ella tendría que ver conmigo.
 
Los momentos pasan, las imágenes se hacen mas borrosas cada año, y no pienso en ella, pero de vez en vez solo recuerdo las imágenes mejor tomadas que guardo en la cabeza, algunas son de ella sentada en el piso rojo de la escuela, fumando y diciendo algo,  el último baile que dio cuando su generación se fue, después el hola y el adiós de 2005, ella esperándome con el teléfono encendido, cerrando los ojos, un beso, la primera vez desnuda, todas esas son imágenes que pude guardar para un poema donde me pregunté ¿Cómo es que nunca fue mía?, ¿Qué pretende realmente de la vida?. ¿Dios nos perdonará por dañar tanto a nuestro hijo?, y vuelvo a momentos más amargos, porque si su imagen me trae sueños hechos realidad, también tengo espejos rotos, su  risa burlona y despúes el  llanto falso solo por no sentirse mal,  sobre todo me trae el recuerdo de como llovió esos días en esa  dolorosa vía que tuve que ir caminado un terrible segundo a la vez hasta que no volvió jamás, ni la incoencia, ni la confianza en el "amor".
Como en un solo de trombón doliente y sustancioso, la falsedad, su falsedad, cobró fuerza en su cara, la tarde tan azul y mi corazón tan roto, puedo hablar de más cosas, puedo decir toda la verdad que olvidé, pero eso  ya no serviría de nada, por que entre toda mi honestidad y todo los defectos que se que ambos tenemos, los errores que cometimos, es más entre está y su otra vida, yo sin ganas de juzgar juro que no ha pensado nada bueno, no ha tenido un solo sentimiento noble, ni aún uno, pero entre toda la bruma, entre todos los momentos de desgracia que nos ha regalado, busco y encuentro una sola cosa, ella tiene un solo acto de bondad, y que aunque es por omisión, será lo único por lo que su vida, con su incómoda presencia en mi ha valido la pena: Rodrigo, mi amigo, mi mejor critico, mi fan n° 1 y mi súper héroe favorito; el, ese pequeñito con ojos negros y profúndos, ese  hecho ser madre define su existencia; es mi hijo l razón por la que pido todos los días que Dios la bendiga, es la razón por la que temo por su vida, por que de todas las palabras desagradables que pudo decirme y que pude devolver, toda la mentira, todo el pecado, yo lo pude perdonar todo, porque hoy veo a mi hijo reir plenamente, con  o  sin un diente de enfrente,  ya dije que amo a mi muchachito desde el día que lo engendré, y hasta el día en que yo cierre los ojos, solo por eso, solo por ser su mamá todo mi perdón, y de verdad  Dios te bendiga Thelma. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

No te puedo vencer

Esta apunto de amanecer, el silencio hace un sonido histérico, un "gis" que llena el ambiente antes de que los ruidos de la mañana nos sorprendan, ese sonido de la nada tan intenso me agobia; sentado con la piel fría, y la luz de la pantalla que me ilumina, esa luz blanca apenas me deja ver algo más, no soporto la resplandeciente luz, no soporto  tus ganas que me obligan, el olvido identado, tan razonado, estos días no son fáciles.
Ese recuerdo, el recuerdo que me persigue, que me trae esos días, el olor de ese pasado inminente, recuerdo todo, pienso y vivo nuevamente el chorro de agua cayendo sobre mi, juro que no pienso en eso, solo vuelve, el color del sol irrumpiendo sobre nosotros, las sabanas húmedas, los mensajes clandestinos, su respiración con desaire, todo vuelve, sin quererlo.
Hace días me descubrí pensando en esas tardes, en la historia más fantástica que nadie me contó, y que sucedió a mi, aquí mismo en esta ciudad y en este continente; no me he redimido, no, pero en todo este tiempo, tu recuerdo me persigue, me hace sangrar cada uno de mis errores. Ya no lloro porque ya soy de otro tipo de animales, no pido disculpas porque la carga de estos meses me ha salido mas cara, ¿Se pierde al amor de la vida?, ¿Eso existe?, ¿Se trata sólo de creerlo o de que de verdad pasa?...
Ya me amanece, una chica dedicada, me acompaña, me gustaría estar levemente enamorado, pero perdí eso, el elemento, la capacidad, la habilidad de enamorarme... Quiero, quiero de forma humana, en compasión, en verdad... Quiero, pero eso, aquella manera ingenua y totalmente fuera de toda compasión, eso, se fue con el ultimo mensaje, se cayó, se alejó en el tiempo, en los días en los que yo buscaba su carita entre la gente, en los días que ella golpeaba los pies descalzos contra el suelo, aun recuerdo los chasquidos, los tacones altos tirados por el pasillo, nosotros sin ropa en medio de la habitación. Todas esas tardes las entrañas me crujían de pensar en verla, el frío intenso o los nervios de encontrarle, de salir de noche, de viajar muchas horas y encontrarle en la playa, todo... No puedo vencerte, no puedo dejar ese pasado que me atormenta, no puedo volver atrás a los días en que estabas a una sola llamada, en los días en que me dejaste solo y tuve que volver de entre los muertos, no puedo volver atrás, pero me persigue ese pasado.
Ásí con esa inminente fuerza con la que amanece,  no puedo hacer nada por detener la luz y suspenderme para siempre en este momento, así mismo no puedo vencerte, no puedo volverme a enamorar de esa forma tan imbécil, canalla , tan abrumadora, no puedo gritarlo, porque no existe, está fundido no solo renuente, mi corazón está citado en otro sendero, en otro país, en otro continente, mi corazón que se fue volando cuando huiste.
Quisiera morir hoy antes de encontrar un nuevo día, la vida no se acaba sin mi pero yo si me le acabé a la vida.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Volviendo de Etla

Mi papá sostiene que yo fui a una fiesta de  cumpleaños, lo cierto es que era sábado, de esos sábados de entre septiembre y mayo de por 5to de primaria, normalmente en la primaria el tiempo es elástico y relativo. Mi mamá me dejó en el mercadito de la colonia, ahí junto está la escuela donde yo iba, una escuela donde había que usar un chalequito de cuadros rojos y negros y pantalón azul, de esos de poliéster que se queman incluso con el sol.
Pero era sábado y quedamos de ir al trabajo en equipo, unos afiches con el cuerpo humano y una pistola de silicón haría que las cosas fueran más fáciles, un poco de ese papel cascarón y ya estaba, el problema era que teníamos que ir a Etla, porque la casa de el chico del cual no recuerdo su nombre estaba allá, "si no vas no te ponemos en el equipo", me dijo uno y bueno subí aceptando que de algún modo íbamos a regresar.
Las 11 y todo estaba listo, todos ellos corrieron a la alberca a nadar, un poquito de angustia se me alojaba en la boca del estomago, no podía  jugar algo estaba mal, y mi espíritu se sentía acongojada y con miedo, de ese miedo de verdad,  subí a pedirle a la mamá de chico de la casa que me ayudara a volver, la señora me dijo terminantemente que su esposo no estaba, pero que el camión pasaba en la esquina y que podía tomarlo ahí.Supongo qu eno quería gastar gasolína o alguna de las estupideces qu epiensan la smujeres casadas como "que confianzas", " quien me paga la ida y la vuelta", "no soy la sirvienta", "se gasta mi camioneta"... ese tipo de pensamientos mezquinos propios de la mujer casada, que sierven de referente y forman la filosofía de o que podemos llamar  "ser la reina del hogar".
En ese momento la angustia se hizo mucha más, esperé y esperé, sin jugar y con una cara de enfermo de disintería que no me permitía disfrutar nada, ni el tiempo, ni los juguetes,  realmente yo no tenía la culpa, así que muy a regañadientes y viendo mi desencajada actitud, me permitieron hablar a mi casa... nadie contestó, hablé a casa de mi abuela y mi mamá solo gritaba amenazas y perjurios, ni como hacer, muchas ganas de regresar no me daban, y la señora que tan agradablemente me subió a su camioneta hora me parecía tan desagradable, mientras plácidamente se comía un plátano y yo me sentaba sin poderme ir, sin dinero y con 8 años apenas cumplidos, ¿Cómo hacer? Etla era del otro lado del mundo en ese entonces, y no salía solo, y bueno las amenazas de mi mama no eran de mucha ayuda en ese momento...
Casi a las 10:30 de la noche el tipo que la hacía de papá del chico de la casa se  apiado y me fue a dejar a la central, y luego creo que tuvo un poquito de humanidad y me llevó hasta mi casa, donde todo terminó siendo mi culpa, y bueno de esa vez recuerdo el onomatopéyico "sclash"  del cinturón sobre mis lomos, por haber hecho algo que no hice.
Quien sabe los errores por omisión son los más graves, pero al momento de subirme a ese auto, la presión de los otros chicos por el trabajo, la imagen de la maestra perseguidora, reprobar y los reclamos de mi madre y mi padre, la desilusión, el descontento, la presión para ir, las ganas de quedarme pero deber ir... 8 años y tomando decisiones que cambian tu futuro, buscando el bien de los demás pero sin saber que no eres capaz de resistir las consecuencias, y que incluso las consecuencias dejan marcas en el lomo, quien sabe pero creo que alguna personas olvidan decidir como adulto por este tipo de experiencias, ¿Qué coños tenía que decidir yo?, una maestra mediocre, en su papel de sabelotodo sabandija del sistema, y un montón de irresponsables haciéndola de papás, del chico y míos, y yo debí sufrir las consecuencias, ¿Que coños tenía que decidir yo?...
El otro día vi a la maestra perseguidora aquella, con la carga de los años y su mediocre forma de darse autoridad, vi al chico de esa casa en Etla tratando de ganarse la vida, vi a mis papás en su recién iniciada vejez, y me ví a mi capaz de defender mi punto de vista ante cualquiera, capaz de decidir bien, por mi, por los demás, es entonces que entiendo que lo que traje de Etla fue un poquito de adultez y una tunda, pero también en estos años entiendo que aunque la vida no es justa de por si, es responsabilidad y deber de uno mismo que lucha por hacerla justa, si tengo a mi alcance algo de justicia es mi deber moral hacerlo, independientemente de lo mucho que te duela el lomo después de los cinchazos.  

martes, 4 de septiembre de 2012

El señor que nos compuso la tele

En esos días la mamá de Fernanda la dejaba a ella como la prima y hermana mayor a cargo, en sí la dejaban jugando con sus dos primas Sofía y Julieta tenían 6 y 7 años, también estaban los 2 pequeños, Pepito y Coco de 4 y 3 respectivamente, todo era alegría en la casa que sonaba a parque los sábados en la mañana; la mamá de Fernanda iba a cobrar unos trabajos y dejó a los niños solos encerrados en casa "No le abren a nadie eh", sentenció tan puntual que sonó a decreto presidencial.
La mamá de Sofía salió un poco mas tarde, dió el mismo consejo, pero olvidó llevarse el otro manojo de llaves.
Al cabo de unos 45 min. un hombre se asomó en la puerta y gritó hacia adentro, los niños curiosos se asomaron, pero fue Fernanda la que en esa tímida amabilidad de por los 8 años se tiene; "¿Quién es?" - preguntó la niña, parándose de puntitas en el ventanal de la sala -"Vengo a componer la televisión"- dijo el hombre que mironeaba por debajo de la reja del portón de enfrente, los niños ya aconsejados le gritaron que no podían abrir, por que su papá se estaba bañando que se fuera, pero el hombre insistió que le abrieran, mientras a grito suelto conversaban desde la casa al portón de la calle; obviamente el papá no estaba tampoco en casa, y daba la casualidad que si había una tele descompuesta desde hacia unos meses, por lo que titubearon al responder , y   el hombre comenzó a decirles que  había sido llamado por la mamá, y que lo dejaran entrar, ya que habría hecho un viaje en balde  desde tan lejos para ir solo a componer la televisión; las niñas pensaron que debía ser muy malo venir desde lejos a trabajar y que no hubiese nadie en el centro de trabajo, y, como Julieta  encontró la llave que su mamá olvidó, junto con todos los cheques de su quincena.
El señor recogió las llaves y abrió el portón luego llegó al pórtico, y abrió la entrada principal, los niños le señalaban el estante donde estaba la televisión descompuesta, pero el hombre rápidamente localizó el baño y se cercioró que el papá imaginario efectivamente fuera imaginario.
Luego de estar seguro que ningún otro adulto estaba en la casa entró a las habitaciones, tocando con sus dedos fríos los alahjeros y los burós de cada cuarto, luego tomó una cajita de jabón y metió la tele que si servía, luego formó  a los niños y a cada uno le dio un beso en la mejilla, y los dejó viéndose las caras uno al otro. Cuando la mamá de Fernanda llegó la noticia de que el señor que compuso la tele  se había llvado la que sirve para componerla también la sorprendió la mamá de Sofía y Julieta gritó por el pendiente de que los cheques estaban en su bolsa, pero al final solo la tele fue lo que se perdió, y entre regaños y jalones de oreja los niños entendieron que el hombre que les compuso la tele, en realidad  los había robado...