jueves, 16 de enero de 2014

Ríe payaso rie

Siempre que me paro en la playa, la inmensidad me obliga a sentirme lo que soy, un pequeño eslabón en esta orilla, al punto en el que las reflexiones me descuadran y vuelvo a mi nivel original de ausencia, autismo le dicen algunos... Fue esa necesidad de ser rescatado la que me llevó a mis caminos, a no ser feliz para que comprendieras que solo tu eras la razón de mi discurso.
Quien como tu que ha seguido de frente, olvidando la congoja, el sentimiento, la necesidad, soy un dios olvidado, una ciudad abandonada, la gloria de la ruina, el desdén de la emancipación, el cuerpo en rigor, la gloria pasada. Aquella tierra tierna y cálida que habitaste , existe en la memoria diaria, y soñar es el único momento donde eres ficticia y sin embargo real, esa realidad y esos medicamentos, las ganas de anestesiar mi mundo y acelerar la realidad, ya no soy el mismo. Esa estructura tersa y definida los acabados finos, el idioma claro , los dientes amplios las orillas afiladas, se rasparon, se comenzaron a llenar de líneas  al azar, sólo casi entre el desmayo, la misma vida se escapa, aunque pida que no te escondas, sólo es una imagen fija que se repite en mis sueños, debo reír, volver del sueño, fingir, vivir de pronto sedarme nuevamente... La playa.. La imagen se fue de pronto, entre el vaivén de la superficie, las aguas, y me alejo corriendo hasta aquí ...

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