-No sé, pero la historia es bastante triste- dijo el presidente municipal después de contarme todo, y se frotó la cara; luego salimos de la presidencia y ahí estaba, en la misma banca mirando a la nada, inmóvil, mirando a la nada entre los arboles, y el aire fresco de las 11 de la mañana .
Recuerdo que de niños jugábamos a desesperarla, y como nos gustaba ir al parque a jugar a la pelota, ella nos esperaba y nos corría, era un juego de poderes, y persecución . Pero hoy la historia que me contaron fue un poco mas cruel, y me hizo querer hacer algo por ella, hoy creo que puedo.
Resulta cruel, pero hace 35 años, esta mujer fue abandonada por su hija y su yerno, al parecer ellos tenían la ambición de quedarse con su casa, y lo clásico, " Espérame aquí y nos vamos a Juquila", y la dejaron ahí abandonada a su suerte, supongo que querían que muriera o que alguna institución se hiciese cargo.
Pero ella sigue ahí en la misma banca después de 35 años, esperando, se quedo varada, para ella solamente han pasado 2 horas, sigue esperando a que regresen, sigue esperando irse a Juquila, eso es lo que les dice a las personas.
Parece que me reconoce de hace muchos años, creo que tiene momentos de lucidez y en uno de ellos cuando le ofrezco un plato de alitas de pollo me dice: "gracias, que Dios lo bendiga".
Y pienso que de algún modo todos somos locos en el parque, varados, aislados de la realidad en el momento en el que perdimos a ese ser amado que se ha ido y nos ha dejado solos ante el frió, ante la lluvia. Ella sabe que no volverán, pero quiere creer que algún día esa persona que se llevo su corazón regresará y se quedará a su lado para nunca volver a separarse de ella.
Como dije todos somos locos perdidos, varados, abandonados en el parque. Aunque cada loco tenga una historia diferente todas son muy parecidas.
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