Este texto constituye un previo a lo que será el manual completo de sanación emocional. Muchas personas han creído que este discurso, trata de superar las pérdidas no sólo amorosas, sino también perder un ser querido, superar los traumas de la infancia, en sí el dolor que nos produce vivir.
Y es así que propongo un método que resultó relevante en algunos momentos, para entender que el dolor, la muerte y las desgracias son parte de la vida, y es lo que en todo caso la hacen soportable.
I
La ilusión de la posesión
Claramente uno de los principales problemas para un ser humano es entender que además de únicos e irrepetibles, cada ser humano es individual, viene sólo al mundo y de la misma forma se va, de manera que en el curso de lo que llamamos vida, juntamos lindas postales de todo lo que se fue acumulando, entre esos recuerdos el individuo se llena de una mentira tácita, que se alimenta todos los días de manera sistemática: la posesión. Poseemos bienes, dinero, música, obras, libros, autos, personas, dormimos y nos levantamos tranquilos por la mañana por que "eso" que poseo esta ahí por la mañana, y vivimos tranquilos porque el problema de ¿que comer?, ¿qué beber? O ¿que vestir?, se va aclarando a medida que acumulamos, luego al crecer acumulamos títulos, reconocimientos, satisfacciones, y por último relaciones, amoríos, conquistas, hasta llegar a la más perjudicial de todas las mentiras, " el amor de la vida", el ser amado, objeto de afecto que realizará mi sueño de amor, por los siglos de los siglos, sin embargo todo ese trabajo, todo ese desgaste ha sido en vano, y no es que no sea importante tener cosas, sino que la vulnerabilidad de "usted tiene cáncer", o que tu hermano muera en un accidente, toparse con el amante de la esposa, o del tipo, hace que todo lo construido sea una hermosa mentira, que creemos día con día. Poseer es una ilusión, basta saber que cuando alguien muy estúpido e irresponsable te dice " yo con vos" ó "te amo" , no tiene idea de lo que significa, no dimensiona que en general, las personas creen esas palabras, cuando no existe tal cosa, no existe nada como la solidez económica, o la riqueza, todo es banal y disperso, y se pierde en un momento de lujuria en el que respondes al teléfono cantando para disimular una fiesta, o un momento de distracción en el que choque te arrebata a vida de tu hermana menor, la inflación, la bolsa de valores, la vida entera. La posesión es entonces una ilusión que necesitamos desterrar de nuestros corazones, saber que no poseemos nada mas de lo que traemos al nacer y lo que nos llevamos al morir.
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