Es la tristeza uno de los verdaderos cuentos que debo contar, me dolieron tanto, tantas cosas que sólo escribo de la tristeza como un mero repaso de la cara que tiene la realidad, como una vuelta turística, yo me voy haciendo en la mente una imagen de la improvisación estética de lo que llamo vida, no de mi tristeza, y está mañana no necesitaba más de la que ya tengo, sin embargo no se puede compartir todo, de modo que hay sensaciones, como el abandono, sensación que no acepto; ya deje mucho tiempo de vida en la desgracia del abandono, por última vez recibo un adiós, no digo por último, porque entendí ya que ese juego de las personas no es mio, no sirvo para eso, así que sigo temiendo que el tiempo me duela más, temo a mis dedos, con distintos sonidos, la barba crecida, el café sin ganas, el sol caliente quebrando todo... creo que no necesitaba más dolor, pero está parte del otoño es tan difícil por que es en estos días que recuerdo más que siempre a Rodrigo, es ese mi duelo permanente, constante, no he hecho todo, pero ya he hecho bastante y aún sigue lejos, por eso no necesitaba más dolor, es justo lo que debía recibir, pero no lo necesitaba. En la tarde, quiero morir, es el simple y puro manifiesto del descanso eterno, voy a escribir un recado que diga "Dios: si sigues por ahí quiero morir hoy, con un solo suspiró dejar el alma libre, no puedo llorar, no tengo esa habilidad, como muchas otras, amar es difícil, nunca sencillo, bien complicado, indescifrable para mi, y para la tarde quiero morir si me haces el favor, no me recuerden en la mañana, los lugares a donde quise ir seguirán esperando , y si existen más canciones que las escriba alguien más, por que dices cosas que ya no entiendo, dejemos en paz esto y por el bien de ambos está tarde quiero que sea la última".
Que más da lo que obtienes por la mañana puede ser diferente a lo de la tarde, sin embargo yo solo quería un momento para sufrir mi pérdida, y ya tengo más pérdidas.
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