sábado, 6 de junio de 2015

Ensayo del escalofrío

Hablé de mis risas, eran de nervios, sin embargo voy a hablar del origen de los escalofríos, espero que de los tuyos también, no hace poco te vi por la calle y aunque no te hablé, pensé en estar cerca, sólo por aspirar un poco de tu aroma, y hoy en cambio, no tengo nada pero estas ahí presente, te siento, voy de pronto acercándome mientras eliminas cualquier imagen previa y sólo me tienes de frente, con esa curva endulzada tus manos arrastran el pantalón hacia media cintura y subes te abrazas con las piernas y ese beso que deseo en persona se realiza; la ropa es un elemento más mientras mis manos estrujan tus nalgas, buscas entre mis ropas con un cinturón que no cede, mientras te siento sobre un Buró; es el deseo que se agolpa y me hace temblar, finalmente estas ahí con la ropa fruncida y enmarañando mi cabello al tiempo que cae todo, empuño tu lencería con ambas manos como una rienda mientras me has quitado la camisa, me empujas al suelo, me apresas entre las piernas y bruscamente, ya que no quiero probar la tela de tu ropa, reviento  ese encaje, lo saco de ambos lados, y te regalo  mi boca, como no probarte si has estado en mis pensamientos varios días, urgiendo mi placer, despeñando mi vigor, me sientes y mis manos se prenden en tu mandíbula para callarte pero para tener mis dedos en tu lengua; ¿Qué tan erótica puedes ser?, estamos a punto de averiguarlo, con tus rodillas en mis sienes me has ahogado, un grito más, ya no hay sábanas, a medio caminar íbamos a recostarnos, pero hay más que sólo una cama, el suelo hace orilla con tu espalda, me renueva verte, tendida sin ropa, agitada, ¿Cuál es el origen de mi escalofrío ahora ?;  revuelvo el piso, has dormido un buen rato, sólo para abrir los ojos y empezar de nuevo, tengo por aquí un par de gritos, un poco de gemidos, algo más o menos sutil pero contundente, algo que quieras hacer pero que que sepa mejor a obscuras, en secreto, piénsalo porque esto aún no es nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario