Nadie cierra la puerta por que si, hay razones poderosas por las que uno cae en el exilio, hoy se que no quiero nunca más conocerlos, a ninguno de ustedes, me encerré aquí porque ninguno vale la pena como para seguirlos, sois caprichosos y mezquinos, siempre tuve esa incertidumbre pero la resolví de una manera loca y voraz, fue lo que debía ser y me derrumbo el muro del exilio, volví para ser feliz unos momentos, y casi estuvo a punto de trascender... Sin embargo ustedes son tan frágiles y esa fragilidad que los hace tan únicos los hace ser como sois. Voy regresando de esta aventura que me durara la eternidad completa, regresa este babalao con un montón de fotografías lindas y la sensación de haber sido más humano que ustedes, sonreímos mucho, nos encontramos se hizo eterno por 5 minutos y en ese segundo existió. Alguien dijo que el amor es para quien cree en el, pero esa credulidad visceral que todos tenéis no es la que se debe tener, aprendí que se debe estar dispuesto a dejarse caer sin red, encomendado al destino sin intentar definir lo que se espera o lo que se es, un respiro profundo al aire frío, la sencillez de no tener nada en la sangre mas que el sombrío correr de las pulsaciones universales que sostienen tu vida cuando haces en el mismo espacio tiempo con ella o el, no hay peor inseguridad, no hay peor manera de sentirse ridículo, vulnerable, mortal pero a la vez omnisciente y poderoso, es una única pregunta tan difícil de responder: ¿Vale la pena? ¿Ese amor te haría ir hasta allá?; mi alma espera, la muerte claro, pero ahora se que esa eternidad condenada tuvo 5 minutos de lo que cada ser llama felicidad.
Los últimos acordes se acabaron, los sueños, las ilusiones, el mar y sus secretos se van llevando todas estas bendiciones, nos queda la brisa, la barahúnda de las hojas de los árboles charlando con el viento, nos queda la nada que dejó todo el fuego, nos queda el recuerdo de alguien que sin merecerlo comprobó que existe la vida después de la muerte, y en el aire la pregunta que contestaremos eternamente: ¿Valió la pena?.
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