lunes, 6 de febrero de 2012

La Vampireza

No creo que yo tuviera miedo de hablarle, tuve miedo de quedarme con ella. En algún texto escribí sobre 5 mojitos y las ganas de respirar el tatuaje de su espalda. Es bonita, de verdad es una gran persona, con defectos pero miles de virtudes; creo que hoy soy como el Hades, y entrego a todas las mujeres con las que me perdí, y a las que devoré.
Hablo de ella, como la Vampireza, porque solamente jugábamos por las noches, corría conduciendo hasta ella , y volvíamos a casa, palmeaba su cuerpo, buscaba su ropa, su espalda, sus labios prendidos de los mios, sus nalgas, tocaba la piel, en besos , en falta del aire, en vulgar despliegue de gemidos necios inhumanos, me estremecía entre su cuello y sus pechos, me convertí en aire, me volví sudor, me hice su amante.
Mi hermano le puso ese mote, y a mi me quedó claro el porque de las noches el porque de los juegos a escondidas, yo la quiero, es una gran persona, que aunque lejos, siempre tiene parte de mi corazón podrido y atormentado. Trepando por sus muslos, me fui quedando con su esencia, es triste porque yo me enamoré, y no tengo miedo a decirlo, me enamore de su ternura disfrazada de ligereza, de su tierna manera de pedirme amor, y de mi conflicto, mi conflicto terrenal, mi conflicto con aquella que me pudrió el alma. Pero la Vampira llegando por las noches a mi casa, jugando con la sábana, perdida entre el engaño y mi ruda forma de amar. Alguien con mas corazón me diría que soy un desgraciado, un desalmado, yo por mi parte me escuso diciendo que en verdad me enamoré, el tiempo que estuvimos juntos, el esconderse, el no hablarnos, el fingir, el no decir la verdad pero saberla, hasta el día que nunca más llegó a la cita. Nunca me deseó mal, creo que vio en mis ojos el dolor de no ser amado, y aprendió que no podía ser mas que mi amante. En esos días yo creía en que tenia un amor, ¡cuanto engaño!, ¡cuanto desperdicio con la otra mentirosa!, a esta por lo menos le agradezco lo honesta, nunca habló más que de no enamorarnos y de no jugar a otra hora, sino en las noches. Hoy como el Hades voy devolviendo a las personas a las que devoré.

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