Me contaron todo lo que encierra la marca en la piel, un tatuaje en específico, como por años se fue gestando la esperanza de crearse, (crear, es una palabra difícil) y vine pensando mucho en que son los sueños los que nos llevan por el tiempo y el espacio, los que nos dicen con señales donde ir aunque esperes en vano, aunque las ganas de ser te encuentren vacilando. Es por eso que la gente se marca la piel, por eso se redime, por eso se aleja, por eso, este vacío del tiempo, de los sueños, de las ganas e que la vida te de revanchas construye nuestras marcas internas, eso que nadie ve, yo por mi parte tengo tatuada el alma, con pequeñas escalas de color, cromatismos de dolor y placer, felicidad pequeñita y amargura eterna, sueños, muchos sueños, como todos tengo marcas muy obscuras, puntiagudas bélicas, de olvido, de nubes, de creación, de ti, de la resignación de saber que ere ese peldaño en la vida, aunque tu querías solamente vivir y hacerte viejo a su lado. La vida sigue, y esas marcas pequeñas o grandes se hacen nuestro arte corporal, nuestros tatuajes, hoy me contaron la historia de un tatuaje y con mucho amor comprendí que de está vida ingrata, sólo sobreviven los que no se guardan, los que aunque duela siguen por ahí, mostrando, intentando, bien o mal, muy torpemente siendo humanos, vivos, únicos, siendo arte corporal humano. No se que pase, sólo tiernas palabras y otro tatuaje se me queda, es lo que habrá, lo que permanecerá.
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