Mis deseos obscuros, mis deberes temibles, y este acoso que hago de la autenticidad me permite decir que es bastante, llevo varios años entrenando mi estilo, dejando el hígado en los bares y encontrando el amor provisional en mis veladas. Y sigo, sigo por que debo, debo estar, debo crear; cada que me cuesta seguir, pienso que estoy a un beso, a una salida, a una noche, a medio tono de mi última gran creación y sigo creando, hasta el día en que muera, y no de amor ese ya se fue.
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