Debo ser cauteloso en este escrito, a fin de no asombrar o dar un pesar a quién lo lea (en especial esa persona a la cual va dirigido), empezaré diciendo que en algún momento, ensayo de la vida, lugar y situación poco definidas, alguien me preguntó mi edad, y luego asumió que me era difícil decirla, e hizo el siguiente comentario: "¿Por qué a los hombres les cuesta trabajo decirme su edad?", ¡ja!, ¡La pregunta!, justo ese es el tema de mi ensayo del día de hoy. Normalmente contestaría, sin ningún empacho y a mi modo insolente pero con clase, si el diálogo que tenía lugar, no estuviese presenciado por tantos espectadores, en realidad no lo hice, no contesté, conservando así el juicio y manteniendo mi posición de manera aséptica, no escéptica, sino digamos ética o limpia, prolija, no hice otro comentario, para no tener que explicar nada, y me límite a contestar una bobada.
Si, la respuesta salto rápido a mi mente, yo sabía porque cuesta trabajo decirle la edad, yo se porque revuelvo conversaciones tratando de no terminarlas, o porque sigo un ciclo entero de preguntas que no responde sólo por no tener que escuchar algo más de mi música rara, redundante, de mis textos inteligibles, yo se porque tragas saliva antes de contestar, porque los pensamientos se me hacen textos y conservo imágenes escandalosas en documentos que aun no le público.
Tendrán que revelarse algunos detalles de la persona que me hizo esa pregunta pero aún así mantendré el anonimato para protegerle, diré solamente que es hermosa como no se encuentra hoy en día, y esto implica más que un estándar físico, más bien quiere decir que es resuelta, aclaro que bella físicamente como no he visto antes (y vaya que tengo puntos de referencia) pero el estigma que no se resuelve a simple vista es su inteligencia, es más inteligente de lo que parece o parece más inteligente de lo que es, en fin, eso de pronto me hizo voltear por que sin duda encuentro pocas personas de esa tesitura. Al final abundar sobre eso no tendría mucho caso, es otro tema, el punto aquí es que es esa belleza con inteligencia la que intimida, ese es el prejuicio, creo que si alguien es increpado sobre su edad por tal mujer, lo primero que piensa es:" si doy una respuesta tonta, quizás no tenga una oportunidad con ella algún día", y es justo lo que creí que pensarían muchos tipos, sin embargo es un prejuicio que seguramente las chicas, grandes, mujeres todas sufren, preguntar algo sin intención y que el tipo crea algo diferente, o ande de "voladito", como dice una de mis mejores amigas.
Mi opinión es que el juicio se nubla en ese momento cuando te increpan y crees que todo depende de tu respuesta, y por errores u omisiones perdemos la esencia de las personas, que es lo importante de la vida, es pues mi gusto por conocer gente, la forma de como entiendo el mundo, en este caso particular mis inclinaciones o no inclinaciones son irrelevantes, porque básicamente a ella le son indiferentes, según me doy cuenta; pero aclararo que la inteligencia de una mujer es lo único que me ha podido y me podría hechizar; sigo viviendo sólo aunque estoy acompañado, porque entre las realidades en las que he vagado resulta ofensivo lo que pienso, o lo que siento, no encuentra eco, y no hay quién lo entienda realmente; aunque se trate de un simple aprendiz de poeta maldito que salió detrás de una idea y se hechizó con una persona, con un jardín, con una flor, con la lluvia en un día soleado. Vanidad de vanidades dijo el predicador, vanidad de vanidades el prejuicio es, repite desde este lado el obscuro poeta maldito.
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