Quien sabe si fue el lugar, el momento, pero ahí estaba aquel monigote planteándose que, o porque, la razón vamos, a través de las pocas horas que la tuvo, algo de esa alegría contagiosa le hizo daño, más bien lo golpeó, porque después de tantos años de haber escapado hoy estaba ahí sentado en un banco, con las manos en vacías y se dio cuenta de que no se podía prevenir; como una bala perdida en medio oriente, así se la encontró con su sonrisa fantástica, un beso y ya estaba tan envenenado...y pensaba: "ya perdí y ni siquiera había empezado", "que ganas de que sienta lo mismo, en la misma frecuencia pero en sentido opuesto", sin embargo ese día, a esa hora, se percató de que estaba en problemas, se detuvo sintió un espasmo, ¿estaba enfermo?, ¿que era lo que la tenía girando en su pensamiento?, ¿seria aquello otra vez ? y entonces la verdad pesada como un muro, cayó, de pronto su mente primitiva comprendió que el amor es el más grande de todos los males, es el camino a la posesión, la posesión, los celos; los celos son el camino al miedo, el miedo es el origen del dolor, y su alma ya sentía celos, ya la quería, habiendo tomando precauciones, habiendo sido tan metódico, no pudo hacer nada, al final sólo le gustaría ver su cara de nuevo... mientras la barra de madera el humo entre los dedos, el mensaje que no llega, lo que no debe decir para no complicarse, lo que necesita saber, el espacio que se hará insalubre..todo es tan extraño y sin embargo quiere irse con el bonito recuerdo en la mente
No hay comentarios:
Publicar un comentario