martes, 11 de agosto de 2015

Disturbios contenidos por el ego

Te recuerdo entre la llama de una lámpara vieja y el tapiz de mal gusto, yo subía de mis sueños y tu despertabas al sentirme desnudo; te recuerdo como lo más cercano al cariño, pero lo más semejante al dolor. Eran esas noches de despertar inquieto, con el corazón a 3000 pulsaciones por minuto, las que me recuerdan más a ti, un blusón de manga larga te cubría en tu desnudez de bailarina de contemporáneo, ya para esos tiempos no existía más que mi parte del amor que nos habíamos jurado. Que necesario es de pronto encontrar una cálida mirada, con un guiño y la emoción de lo que no sabemos si es el amor de la vida. Como dije yo te recuerdo así, bajo tu blusón y descalza sin nada más que mis ganas intermitentes de tenerte toda la vida. Hoy con tanta pena me di cuenta de que necesito ese roce suave y permanente, ese olor a desconocido y a tal vez. Lo siguiente que pienso es en lo que no existe más, y en lo que creí que tuve pero que no conocí jamás. Te recuerdo en palidez exuberante junto a tu ropa, sobre tus rodillas, bajo mi cintura, no había nada más lindo en esos meses que me engañaste por completo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario