Hasta donde nadie la oyera, hasta ahí fue a gritar su pena la pobre princesa, cayó a tierra y lloró amargamente, sus sollozos eran de dolor, en el alma; a veces querer y que no te quieran, destruye los corazones, y este día ni su madre la reina podía hacer nada, ningún consuelo, nada que pudiese decir. 

La princesa quedó profundamente dormida, dicen que cuando las lágrimas enjuagan una pena, se cae en un sueño que repara el alma, solo que sin darse cuenta la princesa dejó caer una lágrima, la mas amarga a tierra, esa noche la luna que estaba en todo su esplendor volteo al lugar, donde, debajo de un árbol de duraznos dormía la princesa, y dejó caer un viejo hechizo, dicen que las almas se unen, unas a otras, y la luna al ver que la princesa estaba desconsolada y rota para siempre, hizo traer de entre el abismo el alma de un dragón que purgaba una condena eterna. EL dragón volvió para quedar prendado de ella, lo que no es normal entre los dragones, ese mismo dragón que con su lengua envenenada y su mortal sadismo hizo sufrir a mil doncellas, y redujo a cenizas reinos enteros, ahora después de pagar las culpas, tenía que pasar sus días con ella y hacerla sonreír.
Esa mañana apareció ahí, encadenado al árbol, el majestuoso dragón que al despertar quiso emprender el vuelo, pero no pudo romper las cadenas, y no pudo atacar a nadie; la princesa trató de huir, por el estruendo, los aleteos y los rugidos... este esfuerzo por huir duró varios días, pero al final las fuerzas se fueron apagando, cada vez mas dejando al dragón exhausto por luchar con el encadenamiento mágico que sufría.
El dragón con el cuello cercenado daba tumbos y respiraba con dificultad, la princesa tuvo compasión, y se acercó temiendo, para ayudarlo; era una criatura hermosa, vil, pero fascinante con escamas negras que se volvían a un tono verde azul cuando las tocaba la luz, y ojos que fulminaban por la energía, grandes fauces con hileras de dientes filosos casi metálicos y alas de una envergadura de 120 codos de punta a punta. El rey quiso deshacerse de la bestia pero las cadenas eran irrompibles, ni el más valiente guerrero podía tocarlo sin quedar fulminado ante un fogonazo o una dentellada, al parecer solo la princesa podía acercarse.
Muchas lunas pasaron y a la bestia le costaba menos trabajo estar en ese lugar, entender las cosas que pasaban a su alrededor y los sentimientos de las personas, lo que sucedía era cada vez menos extraño, por otra parte la princesa veía la vida de otra forma los dolores de antaño que quedaron en el pasado, tal vez por que los ojos del Dragón no tenían fondo, o por que parte del hechizo es poder olvidar las cosas viejas y hacerlas todas nuevas; el dragón veía de nueva forma el mundo, respiraba profundo y cada uno de los colores era más brillante, mejor, cada sabor, cada sonido, después de salir del abismo la vida volvió, ¿se hacía cada vez más humano? ¿enamorábase el Dragón?; tal vez, aunque estaba atado de por vida al árbol de la princesa, no era tan malo tener ahí al némesis que un día hizo daño en esos reinos, hoy estaba enmascarado en un largo y perdido amor, se dio cuenta entonces de lo terrible y perdidamente enamorado que estaba, y ahora sufría tras acostumbrarse a su nueva condición y haber sufrido ya lo suficiente por cada culpa, estaba encontrando una terrible verdad, una mala jugada del destino , por que después de todo ¿Quién podría amar a una bestia?...
pff!!! me gusta.....
ResponderEliminarme hace sentir como el dragón....encadenada y desorientada....vale la pena???
--POR SUPUESTO QUE SÍ!!!!---
;)
Vale la pena siempre, unas veces pierdes otras veces ganas, en fin es la misma historia
ResponderEliminarhahah see, como que nos tomamos muy enserio eso del amor no??...algún psicólogo dice que definimos nuestras vidas antes de los 12 años, el tipo de futuro que queremos tener, pareja, hijos, casa, todo el arquetipo social.... recuerdo que cuando iba en la primaria, quería ser físico matemática, o ingeniera genética... (seeee, y sigo siendo re teta!!!!).....y mírame, a mis 25, intento ser artista...y tengo una debilidad por los hombres... no sé, almas perdidas...pff!!!! bestial!!!!! pero la he pasado chido, y he aprendido que todo se acaba...así que ya no hago panchos (al menos no fuera de mí)...ahora...intentaré publicar un libro!!! hahahahahaha :P
ResponderEliminaryo creo que cada quien controla su propio destino, algunas veces, en muchas ocasiones, de vez en cuando y cuando te lo propones...quien sabe
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