Me dijiste que toda esa energía que estaba sobre ti, de frente te tenía atrapada, básicamente con mi energía disfrutaba de tu cuerpo, todas mis ganas iban de arriba abajo y te recorría, te daba vueltas pasaba por sobre el busto deseable y la blusa roja, que no lo dejaba mostrarse más, como lo deseaba, como deseaba poner mis manos y mi boca sobre ti, mientras me preguntabas que ¿De dónde venía toda esa energía?, entonces me besaste, aquella vez solamente vi tu cuerpo y mi cama, en tiempos y espacios distintos.
Tuve que esperar una semana, y entonces llegaste 8 p.m. en punto , yo solamente tenía una bata sobre el cuerpo y te tuve ahí para mi, parada en el quicio de la puerta, no se como llegaste, pero el espacio entre la puerta y mi cuerpo, se hizo muy pequeño, y solo te deslizaste hacia dentro de mi casa rosando tu deliciosa estampa, frotándote toda conmigo, y se cayó la cinta de la bata, -préstame un short- dijiste en un tono que me sonó tan sensual, aunque te dí lo que me pediste, yo esperaba que no te lo pusieras. me hice el desinteresado mientras te cambiabas, pero quería verte toda. Llamamos a la oficina y dijiste que estabas enferma, y tu cabellos se fue a enredar en tus dedos mientras te metías bajo la sábana.
Solos ahí sobre mi cama con la ventana que asomaba al patio te besé, me fui colando bajo la ropa ceñida en tu cuerpo y para cuando acordamos ya estabas desnuda tendida en mi cama, y yo mordiendo suavemente tu ombligo entrando con la punta de la lengua y tu sonriendo y con esa mirada que ha hecho estragos con mi voluntad. Bajé sobre tus muslos blancos y vi tu sexo por primera vez, mientras intentaba retorcerme sobre tu cuerpo. Temblando y excitado me moví sobre la colcha y aparecí sobre tu boca, nadie besa como tú, por que nadie pudo ponerme al borde de la cama de esa manera solo con un beso, y te toco, tengo tu piel y buscas mi cuerpo, entro en ti como naufragando en el colchón...Todo se hizo inmenso y sigo tocándote colgado de tu espalda, apretando con ambas manos tus glúteos deliciosos, mientras volteas hacia la pared y yo presiono por tú espalda, jalo tu cabello firme, fuerte y hacia atrás mientras te detienes con la pared, tu piel sudada y mi cuerpo aferrándose a entrar en ti mientras cada labio tiene espejo, sobre tus pechos. Me acomodo para recorrer con la lengua y aprenderme tus formas, gimes y me encaramo, río y me miras, toda la energía de aquel primer día viene a mi y se comprime entre tus muslos, puedo morderlos mas tiempo pero me pides voltearte y entonces te obligas a ofertar esa visión perfecta que aún hoy me sigue poniendo a tono solo de recordar, ya vengo y comienzo a hacertelo fuerte mientras tu espalda se embadurna con la felicidad vuelta liquido que me cubre el pubis y me hace fácil recorrerte por dentro, gritas y entonces salgo de ti, algo me ha hecho saltar hacia atrás, - ¿Por qué gritas? ¿Qué pasa?- , y como adolecente sentado junto a tu cuerpo desnudo, necesito muchos años para tatuarte todos mis textos en el cuerpo.
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