miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ahora que has muerto...

Las cuencas de los ojos están secas, irritación total, mormada la nariz y el cuerpo cansado, limpio. Dice la abuela que nada enjuaga mejor las penas que el llanto libre, que vacía el alma, mi llanto es de perdida.
Sea quien sea, la persona de la que se trate, merece ser feliz, incluso nosotros, los olvidados, los que escribimos, pero la vida cruel se la ha llevado, murió, no existe más, ha pasado a la historia como la única persona que tuvo el descaro de no quererme, de burlarme, de tomar a sorna todos mis escritos; aún así fue dueña de todo mi amor y de todo mi corazón, aunque solo se acercara a mi o a mis textos a hacer mofa de un amor profundo y doloroso, se disfrazó cada que quiso del némesis enmascarado de la perdida de toda esperanza con una miradita hermosa, como la del diablo.
Muerta al fin, sin aliento, buscando el lecho de los que descansan en paz yace la sonrisa que hace días hizo que yo volviera a amar la vida, yo creo que no se puede ser tan cruel con nadie, por que al final todos morimos igual; yo creo que no debes volver solo por jugar con el corazón de nadie, no es bueno, no es decente, no me gustó, pero al final tú tuviste tu venganza .
La peor idiotez que puede hacer quien pretende ser un poeta maldito es conectarse a sus emociones, pero también sería la muerte desconectarse de ellas, entonces ¿Donde podría poner esa caja de pandora disfrazada de alma?, ¡en cada texto! ahí las emociones no hacen daño, no se dispersan, dejan que el poeta escriba y viva al mismo tiempo, que merezca respirar, que apague el aliento solo cuando la vida lo decida así y que viva menos atormentado, o por lo menos que se atormente sobre temas más importantes.
Ahora que has muerto, viviré la dolorosa carga de todos los días, de cada segundo de olvidar y alejar las lágrimas que ya vuelven con mayor temperatura, que ya me han irritado la cara, que me han tenido tendido en cama, por unos días, pero que a este punto me hacen recordar algún momento en el que me dejé engañar por ti, en el que, ciego y estúpido pude creer que la luna se encuentra fácil trepando por tu espalda. Prefiero pensar que estas muerta, porque cuando llames será más real, creeré que solamente eres un recuerdo lindo de esos que vuelven de vez en vez, como oleajes, separando el mes de julio de todos los demás, creo que estas muerta porque los muertos nunca vuelven, y mientras vivías, yo dormía todos los días con la esperanza de que este fuera el día en que de verdad me quisieras, todos tus juegos, todos mis lamentos, toda mi vida perdida, los momentos duros y el sol que pega incólume sobre mis párpados cansados de llorar, me dicen que todo se fue a la tumba, que todo tiene una tonelada de tierra encima, que todo estará mejor, ahora que estas muerta.

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