Alguien me preguntó porque hablo tanto de las madrugadas, o porque a mí me sucede todo en la madrugada, no sé qué decir, o no le quise contestar; pero las madrugadas son enormes, tan silenciosas que parece que ofrecen aventuras, tan frías, tan agolpadas. Son pues las madrugadas el lugar en el que vivo, la parte del día que disfruto, y por su naturaleza salvaje, el lugar donde todo sucede, pero todo queda guardado.
Al parecer ayer no llegue a la madrugada que me tocaba, pero la otra noche, ah la otra noche la madrugada me ofreció una espectacular escena bajo una sábanas moradas, que hoy volví a ver, todo estaba ahí, fue mi madrugada, y estuve en cada parte de la habitación rompiendo el silencio con “gargantazos”, con “mediosgruñidos”, esa madrugada fue mía, y claro de ella son todas mis madrugadas.
Alguien me preguntó porque hablo tanto de las madrugadas, o porque a mí me sucede todo en la madrugada, no sé qué decir, o no le quise contestar; pero en las madrugadas, la veo en cada parte de mi, pruebo en cada lugar del cuello; en las madrugadas me acuerdo que si no es con ella… en las madrugadas sucede lo más fantástico, lo mas frenético, lo más inverosímil, en las madrugadas recojo historias.
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